
La voz angelical del enemigo no me hace rendir por el momento, mientras caminábamos no me podía hacer reír nada, tan mentalizado para esta sangrienta batalla que cualquier distracción podría ser fatal.
Sin esfuerzos subimos a la montaña eléctrica para seguir al siguiente piso donde nos dirigiríamos hacia el campo de batalla, mientras que nuestras mentes recíprocamente ya daban ambiente, las miradas tan cínicas del enemigo, sonrisas forzadas, esa subestimación que sentía de parte de mi contrincante me daban mas confianza y esperanza para salir con los brazos arriba, pero no debo adelantarme.
Con una conversación forzada seguíamos con nuestro camino entre los pasillos, me sentía muy ansioso, como un jugador de fútbol minutos antes de salir al campo de juego.
Y llego el momento donde llegamos al campo de batalla, no habían supuestos espectadores, solos y con una película de fondo marcando el ambiente nostálgico.
Primer golpe del enemigo, golpe de la indiferencia, rápidamente devuelvo la misma dosis de indiferencia. No espero a que ella me de el segundo golpe y le propino un golpe o mas bien mi arma secreta, en una humilde hoja de cuaderno algún escrito para ella, pensando en que podía ser donde la asesinaría y así dar termino a la batalla.
Pero no fue así, solo vi. al enemigo que solo había sido un simple golpe que la impresiono pero que no le afecto, mas afectado quedo yo, mi mejor golpe no había hecho ni el mas mínimo daño, golpe apresurado y débil.
Posteriormente reiterados golpes recibí de mi rival, donde solo devolvía lo que podía, esos golpes que por cierto eran bastante fuertes, donde solo devolvía los que podía.
En momentos donde ella podía exterminarme de inmediato no lo hizo, espere que lo hiciera, ya rendido, tubo piedad y espero mi agonía.
En esos instantes, solo se escuchaba voces extranjeras, reflejo de una pantalla gigante, que era el sol en esos momentos y un silencio absoluto entre nosotros..
Ese silencio que nos hizo mirarnos fijamente, dejando de lado el enfrentamiento, y el impulso de nuestros labios marcaban la paz temporal, resucitaba luego de la agonía y de la oportunidad que tubo para eliminarme.
Sin esfuerzos subimos a la montaña eléctrica para seguir al siguiente piso donde nos dirigiríamos hacia el campo de batalla, mientras que nuestras mentes recíprocamente ya daban ambiente, las miradas tan cínicas del enemigo, sonrisas forzadas, esa subestimación que sentía de parte de mi contrincante me daban mas confianza y esperanza para salir con los brazos arriba, pero no debo adelantarme.
Con una conversación forzada seguíamos con nuestro camino entre los pasillos, me sentía muy ansioso, como un jugador de fútbol minutos antes de salir al campo de juego.
Y llego el momento donde llegamos al campo de batalla, no habían supuestos espectadores, solos y con una película de fondo marcando el ambiente nostálgico.
Primer golpe del enemigo, golpe de la indiferencia, rápidamente devuelvo la misma dosis de indiferencia. No espero a que ella me de el segundo golpe y le propino un golpe o mas bien mi arma secreta, en una humilde hoja de cuaderno algún escrito para ella, pensando en que podía ser donde la asesinaría y así dar termino a la batalla.
Pero no fue así, solo vi. al enemigo que solo había sido un simple golpe que la impresiono pero que no le afecto, mas afectado quedo yo, mi mejor golpe no había hecho ni el mas mínimo daño, golpe apresurado y débil.
Posteriormente reiterados golpes recibí de mi rival, donde solo devolvía lo que podía, esos golpes que por cierto eran bastante fuertes, donde solo devolvía los que podía.
En momentos donde ella podía exterminarme de inmediato no lo hizo, espere que lo hiciera, ya rendido, tubo piedad y espero mi agonía.
En esos instantes, solo se escuchaba voces extranjeras, reflejo de una pantalla gigante, que era el sol en esos momentos y un silencio absoluto entre nosotros..
Ese silencio que nos hizo mirarnos fijamente, dejando de lado el enfrentamiento, y el impulso de nuestros labios marcaban la paz temporal, resucitaba luego de la agonía y de la oportunidad que tubo para eliminarme.
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